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JUEGOS TRADICIONALES

A continuación podéis echar un vistazo a todos los juegos tradicionales que hemos practicado durante todas las sesión con una explicación breve de la dinámica del juego:


 CARRERA DE SACOS: Cada niño se introduce en el saco agarrando el mismo con las manos, a la altura de la cintura. A la señal del profesor los niños avanzan “a saltos” hasta la meta. El primero que traspasa la línea es el ganador.










CARRERA DE BURROS: Organizar parejas de similar peso. Delimitar el espacio de la carrera, la salida y la meta. De cada pareja uno hace de caballo o burro y el otro de jinete. Gana el primero que llega.









CARRETILLA: Cada pareja se ata con una cuerda, una de sus piernas a la del compañero, a la altura de los tobillos, o por encima de ellos hasta la rodilla. Ahora, cada pareja solo tiene 3 piernas. Antes de iniciar la carrera dejar practicar unos minutos hasta sincronizar los movimientos. A la señal comienza la carrera, hasta la meta previamente señalada. Gana la pareja que llegue primero.








LA SILLA DE LA REINA: Por tríos, dos forman la silla agarrándose el brazo izquierdo con su brazo derecho y con su brazo izquierdo coge el brazo derecho del compañero y un tercero que será la reina sentado en la silla y con los pies colgando por delante, mientras que
se agarra con sus brazos a los hombros de los que forman la silla.









PÍDOLA: Se coloca un alumno en posición de burro con las manos protegiéndose la cabeza, y los demás empiezan a saltarlo.




EL PAÑUELO: Quien sujeta el pañuelo dice un número, y salen uno de cada equipo con el número correspondiente. Ante el pañuelo se detienen procurando cogerlo sin pasar la línea y llevarse el pañuelo a su campo sin ser tocado por el jugador contrario. Pierde el equipo que se quede sin jugadores.





PETANCA: Al comenzar el juego se lanza el boliche. Después, cada jugador lanza, por turno, tres bolas. Los lanzamientos pueden ser de tres tipos: de aproximación al boliche; de "tiro", para intentar alejar una bola de un jugador contrario golpeándola; y de "empuje", haciendo rodar la bola para acercar más una propia al boliche o para alejar una contraria. Gana la partida quien, una vez concluida la partida, se encuentre más cerca del boliche.




BOLOS: Grupos de 3 o 4. Consiste en derribar 10 bolos a una distancia de 10 metros con una pelota. Tirarán todos componentes del grupo y se dará un punto por bolo derribado. Gana el jugador que antes llegue a 50 puntos o que más puntos lleve cuando se acabe el tiempo.





RANA: La rana es un juego tradicional de lanzamiento de precisión, en el que se lanzan diez fichas y discos de hierro, los cuales se deben introducir en diversos orificios de una mesa con una figura metálica de una rana.






CANICAS:





CHAPAS: 






POLIS Y CACOS: Se dividen los participantes en dos grupos, unos serán polis y otros cacos. El grupo de los polis tiene que ir a pillar a los cacos. Cuando pillen a un caco lo llevan a la cárcel. Para liberar a los compañeros los cacos tendrán que ir a tocar a sus compañeros a la cárcel sin que les toque un poli.





LOS COLORES: Un niño se la liga, colocándose frente al grupo a una distancia de cómo mínimo dos metros. Un componente del grupo preguntará ¿qué color quieres? Y el que la liga nombrará un color y el grupo ha de correr buscando algún objeto que sea del color nombrado y tocarlo. El jugador perseguidor intenta tocar a un jugador del grupo antes de que toque el color indicado. El jugador tocado se la liga y el juego vuelve a comenzar.





LAS SILLAS: Se colocan tantas sillas menos una como participantes. Todos giran alrededor de las sillas al ritmo de la música. Cuando la música deje de sonar, todo el mundo trata de sentarse en una silla. El que no lo consiga, queda eliminado y se retira una silla. Así sucesivamente, hasta que solo queden dos finalistas y una única silla. El que logre sentarse será el ganador.





LA GALLINITA CIEGA: 


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Historia de los bolos

Historia de los bolos en España: E n la   Castilla del siglo XVI, ya se jugaba a los bolos. Se ponían  derechos  en el suelo nueve trozos de madera labrados en forma cónica y formando tres hileras equidistantes: la gracia estaba en derribar la mayor cantidad posible de bolos tirando con una bola desde una raya señalada. En algunos sitios, como Andalucía, se podía poner delante otro que recibía el nombre del  diezbolos. En la novela picaresca del andaluz Francisco López de Úbeda,  La pícara Justina  (1605) se lee: “Tornemos a poner bolos, y vaya de juego, que no quiero predicar más”. Son numerosas las obras españolas de los Siglos de Oro donde se habla de este esparcimiento. También el madrileño Francisco de Quevedo habla de este juego y de la argolla, muy populares en la España de aquella época. El dramaturgo mexicano afincado en Madrid en el primer tercio del XVII, Juan Ruiz de Alarcón, emplea así el término: “La mujer flaca y fea con muchos huesos, es un juego de bolos en un talego”.